martes, 26 de abril de 2011

De memorias y máquinas



Hola,



Somos dos historiadores mexicanos que trabajamos las transiciones hacia la modernidad, por ello



este Blog tiene la intención de recopilar memorias personales en torno al uso de las máquinas de escribir y la transición entre éstas y la computadora.



Hoy 26 de abril del 2011 cerró definitivamente en la India la última fábrica de máquinas de escribir y con ella también se clausura una forma de trabajar y de relacionarnos con una herramienta de trabajo.



Por ello, les pedimos que escriban una líneas con respecto a sus recuerdos referentes a las máquinas de escribir y sus relaciones con ellas. Con ello intentamos resguardar la historia no sólo de una máquina, sino de una serie de relaciones, formas de trabajo y concepciones en relación a ella.



Muchas gracias por su ayuda



Omayra Perales y José Alberto Moreno



4 comentarios:

  1. Curioso, mis primeras memorias del uso de una máquina de escribir son tremendamente corporales. Recuerdo que tenía que usar la fuerza bruta y concentrarme en que no se me flexionaran los dedos para escribir en una Remington que todavía debe estar en casa de mi papá. El carro era pesadísimo y en alguna ocasión lo regresé con tal violencia que se salió de cauce y fue a dar al suelo. No son recuerdos precisamente entrañables, lo que sí me emociona es pensar en mi primer trabajo escrito a máquina: una descripción de los murales del Palacio Nacional, hechos por Diego Rivera, para mi maestra de 5° de primaria.

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  2. Hablando del cuerpo y la máquina de escribir, recuerdo que literalmente odiaba el teclado de la Olivetti naranja de la casa, porque invariablemente se quedaban presos mis dedos entre el teclado despellejándome exactamente arriba de las uñas que a la sazón es el lugar con la piel más sensible en ese sitio de la mano.

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  3. Eso de la fuerza bruta y del despellejamiento de los dedos me trae tantos recuerdos... Ahora ya me entró la duda de si la maquinaza que usé por tantos años es Remington u Olivetti. Eso si: tiene una cubierta que es como un gran cofre, la mitad de pesada que la propia máquina. Y aún pesando unos 6 u 8 kilos,¡es portátil! Saludos :)

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  4. En mi casa hubo una de esas máquinas, la usaba mi hermana mayor cuando hacía sus tareas para la prepa, me parece que era una Olivetti.

    Llegué a usarla alguna vez para dejarle 'recados' a mi madre (cosas como a 'fui a la tienda' o 'estoy con mis primos', tenía acaso 7 u 8 años), ya que mi caligrafía siempre ha sido pésima. Lo que más me gustaba de esas máquinas era el sonido de la campanita al llegar al final de la línea.

    Después mi padre compró una máquina de escribir eléctrica, de esas que centran o justifican el texto y el teclado no es tan rudo. No sé qué marca era.

    Hoy escribo esto de desde mi computadora ensamblada con monitor Olivetti.

    C. Salvador Basaldua M.

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